¿Quien no ha leído (o al menos visto) la última página de los periódicos? aquella que tiene la más cruda imagen que refleja la realidad de muchas familias, aquella que muestra el fin de una vida.
Pues tal vez todos la hayamos visto, aunque sea una vez, pero nunca nos imaginamos en la escena, observando de cerca cada detalle, oyendo sollozos, lamentos, gritos. Sin embargo, hay gente que vive situaciones así todos los días, que las escribe, las fotografía y de paso, ama hacer eso.
Ellos son admirables, sin lugar a dudas, personas dignas de recibir premiación. Son los dueños de las últimas páginas de los diarios, los que tienen "más estómago", los periodistas de sucesos.
Valentía, es una palabra que describiría muy bien a estas personas y descubrí, hace dos días, que aún no tengo esa cualidad.
Todos en algún momento "pagaremos la novatada", seremos víctimas de "compañeros" que por el hecho de considerarnos nuevos en un ambiente, intentarán de la manera más vil, hacernos una maldad (o mínimo que pasemos un susto).
Pues tal vez todos la hayamos visto, aunque sea una vez, pero nunca nos imaginamos en la escena, observando de cerca cada detalle, oyendo sollozos, lamentos, gritos. Sin embargo, hay gente que vive situaciones así todos los días, que las escribe, las fotografía y de paso, ama hacer eso.
Ellos son admirables, sin lugar a dudas, personas dignas de recibir premiación. Son los dueños de las últimas páginas de los diarios, los que tienen "más estómago", los periodistas de sucesos.
Valentía, es una palabra que describiría muy bien a estas personas y descubrí, hace dos días, que aún no tengo esa cualidad.
Todos en algún momento "pagaremos la novatada", seremos víctimas de "compañeros" que por el hecho de considerarnos nuevos en un ambiente, intentarán de la manera más vil, hacernos una maldad (o mínimo que pasemos un susto).
Hay miles de maneras de hacer que "el nuevo" pague por haber cometido el pecado de integrarse, luego de un tiempo, a un ambiente establecido, pero darle el susto de su vida es la mejor forma de todas.
Si, esta es una experiencia personal, me pasó y definitivamente será algo que jamás olvidaré.
Parecía un día normal como cualquier otro. Algo monótono, pero no llegaba al punto del
aburrimiento. Repentinamente, en cuestión de segundos, una conversación seria se convirtió en un tormento que duró aproximadamente, media hora (gracias a Dios), pero que ha tenido su repercusión dos días después.
No puedo recrear exactamente la conversación que sostuvieron mis verdugos, sólo puedo decir que acordaron que yo sería la nueva periodista de sucesos (Oh si, esa persona que ve todos los muertos y escribe sobre ellos).
Mi semblante cambió, sentí que palidecía, para mi esa idea era una total locura. "Yo ¿por qué?, Dios mio ¿qué es esto?" esa frase se repetía en mi mente una y otra vez, no hallaba que hacer, estaba completamente nerviosa.
Al cabo de un rato me enteré de la verdad, TODO ERA UNA BROMA (muy pesada por cierto), el alma me volvió al cuerpo, volví a tener mi color (blanco, pero descente, no pálida) y solté mis acostumbradas lágrimas de relax. Las disculpas no se hicieron esperar, pensaron que no había comido el cuento y las risas también estuvieron a la orden del día, o mejor dicho, de la tarde.
El caso es que de cada experiencia aprendemos, así sea de formas extremas. De esta aprendí que no importa cuan simpático sea tu jefe o cuan vivo seas tú, SIEMPRE caerás con una broma pesada, una que no olvidarás nunca y de la cual te reirás eternamente.
Desde luego, quiero mi sweet revenge.!! ja.!
Paz ;)