Si o No

La disyuntiva que se crea ante las interrogantes más estúpidas del mundo no es normal, responder una pregunta se ha convertido en uno de los ejercicios más difíciles de realizar.

De repente estás frente al ordenador (entiéndase computadora, pc, máquina, incluso laptop), te conectas, observas el listado de amigos que también están ahí unidos a la tecnología, y aprecias ese nombre (o nickname) que buscabas con desesperación, que esperabas que apareciera y que, definitivamente, te emociona al verlo.

El corazón empieza a latir con mucha más fuerza, te pones nervios@, y tus dedos anhelan marcar las teclas que formen el saludo que de pie a una larga conversación con la persona que te desvela, y es ahí, sólo ahí, cuando no sabes que hacer y comienzas a preguntarte si mandar el mensajito o no. Grave error, pensar.

Tal vez una de las mejores medicinas ante la duda es hacer las cosas sin pensar, como este blog que está hecho precisamente para expresarme cuando no uso la cabeza. Cuando pensamos sobre algo relacionado con los sentimientos, estamos perdidos.

Probablemente este sea un tema bastante personal, un poco "cursi" y hasta sentimental, pero no puedo sacarme de la cabeza todas las veces que tenemos deseos de hacer algo y por pensar demasiado lo dejamos a un lado, convirtiéndose esto en una gran equivocación, cuánto tiempo perdemos pensando en el Si o No.

Muchos dirán que las cosas pasan por algo, que hacer caso a la mente es más sano que seguir al corazón, pero estas teorías son sólo eso, hipótesis no resueltas que no llevan a ningún lado.

Todo aquel que lea esta entrada es cómplice de una realidad que seguro le ha tocado vivir. Si te ha pasado y has podido superarlo sin tener arrepentimiento, sólo deja un comentario con la clave para descrifrar qué hacer cuando ocurre un episodio así.